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13/09/2021No hacer “propaganda política o religiosa que pueda perjudicar la imagen y la unidad del club”. Este es uno de los requisitos que se encuentra dentro del ‘bonus ético’ que cobrará Neymar en el PSG si es capaz de ser “cortés, puntual, amable y estar a disposición de los aficionados. En total, el jugador cobrará 541.680 euros brutos mensuales bajo este concepto. 6,5 millones de euros más al año por ser amable y no generar polémica.
Así lo ha desvelado Esteban Urreiztieta en un reportaje, en el que se explica también que esta cláusula prohíbe al jugador criticar públicamente los planteamientos tácticos propuestos por el club, así como realizar “cualquier comentario público adverso sobre las opciones tácticos del equipo, ni comentarios públicos negativos sobre el club, los que trabajan allí y los que lo apoyan”.
En definitiva, el PSG quiere que Neymar tenga “un comportamiento ejemplar, especialmente en el campo”. Pero también en las redes sociales, donde tampoco podría tener ninguno de estos comportamientos susceptibles de manchar la imagen de la entidad. De hecho, el Neymar que celebró una Champions con el Barcelona poniéndose una cinta en la que se leía “100% Jesús” ha dejado el mensaje cristiano de lado.
El incumplimiento de cualquiera de estas cláusulas supondría la pérdida de dicha bonificación. Tal como ha informado el diario, el PSG ha pagado por tener a Neymar en sus filas un total de 489.228.117 euros, casi medio millón de euros.
Un equipo-Estado árabe anti fair-play
Desde que se hiciera con el PSG en 2011, Qatar, un país intrascendente como Liga y selección, se ha convertido en una capital económica del fútbol mundial gracias a sus petrodólares. Suyos, a través del club parisino, han sido los dos fichajes más caros de la historia (Neymar por 222 millones y Mbappé por 180, ambos en 2017) y el más sonado (Messi, que llegó libre hace tres semanas y cobra 36,5 netos por curso). Este verano, además, engordó el álbum con el excapitán del Madrid, Sergio Ramos.
En esta década, ha gastado 1.391 millones en jugadores, una cantidad que no ha necesitado cuadrar con ventas (452), según suele ser la norma en el resto de equipos; aunque en teoría está sujeto a un fair play económico que incumple mientras las autoridades futbolísticas miran hacia otro lado.
Y, como remate a esta hegemonía a golpe de dinero, el país organizará en 2022 el próximo Mundial, una aberración deportiva ya que se celebrará de forma extraordinaria entre noviembre y diciembre, lo que obligará a cambiar todo el calendario, para evitar las altas temperaturas del verano en el país. Una designación, además, que dio lugar a un proceso judicial por posibles sobornos en el que se vio implicado el expresidente de la UEFA, Michel Platini.
Su infinito músculo económico lo ha elevado a otra dimensión a la hora de tratar con el mercado. No aceptar, al menos, 180 millones por un jugador (Mbappé) que, en realidad, acaba contrato dentro de un año, se ha negado repetidamente a renovar y sería libre a partir de enero para negociar su futuro con otro club, presentan a este PSG como una excepción.
Fuente: evangelicodigital.com