El video muestra como algunos estudiantes perciben diferentes grados de dificultad a la hora de compartir su fe en las universidades europeas.

El documental denominado “Autocensurado” fue publicado este año y revela como algunos estudiantes universitarios de Europa admiten haber guardado silencio en momentos que, según ellos, debieron hablar en nombre de su fe. 

El film esta basado en un estudio del 2022 realizado por el  Observatorio sobre la Intolerancia y la Discriminación contra los Cristianos en Europa (OIDAC) que reveló como la autocensura era más frecuente entre los jovenes que cursaban estudios superiores.

Los creadores de la cinta entrevistaron a estudiantes de Bélgica, Inglaterra, Francia, Viena, España, Hungría, Alemania, Irlanda y Perú, jóvenes provenientes de diferentes orígenes confesionales que encontraron puntos en común en sus experiencias de autocensura.

La película muestra como estos universitarios exploran juntos lo que pueden hacer para promover «una atmósfera que permita la libre expresión».

Aceptación Social

Muchos de los entrevistados dijeron que se autocensuraron por lograr una aceptación social. Mary, de Irlanda del Norte, cuenta que en un salón de clases se encontró con un profesor ateo que hacía «afirmaciones horrendas» sobre el Dios de la Biblia.

«No quería estar en una sala de conferencias con otras 300 personas que se reían y lo encontraban divertido» -dijo Mary- «Me sentí como si estuviera contra el mundo y sentí que no podía hablar».

Markus, de Viena, comentó: «Tengo la sensación de que (el cristianismo es) un gran tema en la sociedad. Es un gran tema en la universidad, pero es muy difícil hablar de ello«.

Por su parte, Yusuf, que vive en Hungría pero nació en Nigeria, explicó que su educación en África influye en su autocensura.

«La situación en… la parte norte de Nigeria se ha vuelto un poco mala» -dijo Yusuf- «Si hay un acontecimiento que puede provocar indignación, entonces es cuando los cristianos suelen tener que temer por sus vidas».

Intimidación y amenazas

Proveniente de Perú, Valeria narró en el documental que empezó a autocensurarse cuando empezó la universidad. «Recuerdo que no lo oculté, pero definitivamente no fui… abierta al respecto» -dijo- «Ya tenía una mentalidad que decía: ‘Simplemente no voy a decir nada'».

Otra de las voces, Mafe, de España, fue la única estudiante que se expresó en contra del aborto cuando uno de sus profesores sacó a relucir el tema en una de sus clases.

«(El profesor) ​​estaba tratando de iniciar una conversación… pero se convirtió en un ataque» -comentó, al tiempo que dijo- «Después de esa conversación, como era la única, recibí una amenaza de muerte. (Mi compañero de clase) me dijo: ‘Sé el metro que tomas todos los días, así que ten cuidado'».

Después de esto, Mafe tuvo que ser escoltada a casa por agentes de policía durante un mes. «Siempre me hicieron sentir muy mal por compartir mis creencias o mi forma de vivir… Con el tiempo aprendí a tener mucho cuidado con lo que iba a decir».

Mary, por otra parte, administró las redes sociales de la sociedad provida en su universidad. Constantemente recibía amenazas de muerte y comentarios maliciosos de usuarios con descripciones gráficas de cómo la harían daño. «Estoy más que feliz de compartir mis creencias, pero si eso resulta en ataques personales como ese… Es muy difícil de afrontar, caminar por el campus [con] gente sabiendo quién eres», dijo.

El estereotipo cristiano

Sixtine, de Francia, dijo que una vez tuvo un compañero de cuarto que era ateo. Al final de su año juntos, dijo que los cristianos no eran nada de lo que pensaba inicialmente.

«Creo que [mi compañero de cuarto] pensaba que éramos realmente extremos en nuestras ideas, [y] en las ideas políticas, en todo lo que hacíamos… Mientras vivía conmigo… descubrió que ese no era el caso en absoluto«, dijo Sixtine.

Sara, de Alemania, pensó que los cristianos serían aburridos, pero ahora es seguidora de Jesús, ama su fe y la comparte con los demás. «He tenido muy buenas experiencias cuando tienes el coraje de simplemente hablar» comentó.

Sin embargo, los estudiantes también reconocieron que algunos cristianos pueden condenar y juzgar injustamente a otros. «Necesitamos ser capaces de denunciar situaciones o denunciar a personas que creemos que a veces se aprovechan del cristianismo para… poder conseguir votos», afirmó Yusuf. «Es posible que no representen adecuadamente lo que defendemos».

Mary explicó: «En el Reino Unido, es posible que veas personas con carteles en las calles que dicen: ‘Si no nos sigues, irás al infierno’, lo cual no creo que sea útil para nadie«.

¿Un asunto privado?

Muchos estudiantes explicaron que sentían que su fe tenía que ser algo que se discutiera sólo en el ámbito privado.

Los primeros años después de su llegada a Hungría, Yusuf tuvo dificultades. «… Pensé que había una ley no escrita en algún lugar por la que la gente simplemente pensaba: ‘Si crees, entonces deja que sea entre tú y tu Dios y déjanos fuera de esto'», dijo. «Sentí que en Europa todo el mundo predica el mensaje de que la religión es algo individual», afirmó Yusuf.

Markus explicó que es más fácil compartir convicciones cristianas en conversaciones individuales, pero «si hablas en una sala grande o en un grupo de discusión, se vuelve muy difícil».

«He estado en el mismo lugar de trabajo durante 16 meses y no creo que sepan que soy cristiano», dijo Wouter de Bélgica. «No lo escondo, simplemente no hablo de ello». Sin embargo, Valeria no estuvo de acuerdo con este enfoque. Ella cree que es inaceptable para la identidad cristiana.

«Hoy en día la gente [podría decir], ‘Sí, cree lo que quieras, pero guárdalo para ti’… ‘Tu arte y tu fe están separados. Haces esto, y tu fe está a un lado’ y creo que eso es un no ir.» Comentó.

Estos estudiantes ven su fe cristiana como una parte integral de quiénes son como personas, en lugar de algo que deben mantener en privado. «Es la mejor manera de ser quien soy», dijo Sixtine.

También se preguntó a los estudiantes del estudio qué cambiarían para crear una atmósfera en la que no fuera necesario dejar de lado las creencias cristianas.

«Vivimos en un mundo lleno de personas diferentes, religiones diferentes, culturas diferentes», dijo Sixtine. «Lo importante es saber quién eres. Tan pronto como sabes quién eres, es muy importante poder discutirlo con otras personas«.

«A veces hablamos de lo que creemos que es verdad, pero no entendemos realmente por qué lo creemos», dijo Wouter.

En general, estos estudiantes entendieron que, sin importar las circunstancias, seguir a Cristo aún podría traer situaciones negativas. Daniel, de Inglaterra, citó a George Orwell, quien dijo: «Si la libertad significa algo, significa el derecho a decirle a la gente cosas que no quieren escuchar». Él cree que «una de las mejores cosas que los estudiantes pueden hacer es ser más valientes acerca de lo que quieren y ser francos acerca de lo que quieren en su universidad«.

Sin embargo, también explicó que vivir plenamente como cristiano, o hacer esa conversión, podría tener consecuencias negativas incluso si no eres completamente rechazado. «Es posible que pierdas algunos amigos que piensen que de repente te has vuelto intolerante o lo que sea».

Otros estudiantes estuvieron de acuerdo y señalaron que la atmósfera social polarizada clasifica algunos puntos de vista y creencias como ofensivos, lo que disminuye la libertad de expresión. Esto hace que sea menos probable que se produzcan debates sobre temas controvertidos y aumenta la autocensura.

Fuente | Evangélico Digital