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25/01/2021Pronto, la Corte Suprema de los Estados Unidos (SCOTUS) decidirá si castigará a una universidad que no le permitió a uno de sus estudiantes cristianos predicar en el campus, a pesar de que esta cambió sus políticas de libertad de expresión.
Recientemente, la Corte Suprema escuchó los argumentos del caso Uzuegbunam contra Preczewski, el cual se centra en el trato que George Gwinnett College le dio al estudiante Chike Uzuegbunam.
Al parecer Gwinnett castigó al joven por predicar fuera de la zona de libre expresión establecida en el campus.
Esto llevó al estudiante a presentar una demanda que resultó en que la universidad cambiara sus políticas.
La finalidad del caso era definir si la institución era responsable de compensar a Uzuegbunam por sus restricciones políticas anteriores. Posteriormente, otro estudiante llamado Joseph Bradford se unió a la demanda.
Ambos se encuentran siendo representados por Kristen Waggoner de Alliance Defending Freedom; quien argumentó que los estudiantes «perdieron la oportunidad de recuperar esos días y compartir el mensaje del evangelio con sus compañeros».
«Ningún cambio de política puede restaurar esa oportunidad perdida», dijo Waggoner. «El remedio apropiado para reparar esos tiempos pasados son los daños nominales».
Debido a la complejidad del caso, los estudiantes están pidiendo como recompensa, si ganan el caso, la compensación de «daños nominales» que suelen ser pequeñas cantidades de dinero o pago de los honorarios de sus abogados.
Estos suelen solicitarse cuando durante una demanda, es complicado medir la gravedad de un delito cometido por una persona o entidad; ya sea porque no hay evidencia sostenible o evidente, o que los puntos para argumentar solo sean verbales. Tales como en este caso.
«Durante siglos, los tribunales ingleses y estadounidenses han otorgado daños nominales cuando no existe una amenaza futura, incluso después de que un demandante renuncia a los daños compensatorios», añadió la abogada.
Los abogados defensores de los acusados argumentan que no hay bases que sirvan para solicitar los daños nominales, aunque un juez señala que si hay daños, ya que el prohibirle a los estudiantes predicar parece ser inconstitucional.
Pero el problema está en que es complicado o «casi imposible», según afirma el juez Stephen Breyer, medir este tipo de daños.
De momento se espera que la SCOTUS llegue a un veredicto. Sin embargo, ha quedado en evidencia cómo muchos organismos estadounidenses tratan de callar la libertad religiosa y la voz de las personas de fe.
Por tal razón, estos estudiantes pelean sus casos, para evitar que similitudes como estas ocurran en el futuro y que esta libertad no siga siendo violada.
Fuente: bibliatodo.com